Las mejores amigas
El día del examen de gimnasia se aproximaba. El profesor quería que fueran grupos de cinco personas. Natalia, Sonia, Carmen y Lidia estaban seguras de formar parte del mismo grupo, pero Rocío fue invitada al grupo de las chicas más populares del instituto y sabía que si se iba con ellas conocería a mucha gente nueva y tenía más popularidad, pero si lo hacía desilusionaría a sus mejores amigas.
Tres días antes del examen quedan todas sus amigas para ensayar el baile y ella también fue.
- ¡Chicas!, he estado pensando y no se si me uniré con vosotras para el baile.-dijo Rocío mientras organizaban el baile-, Patricia y Lourdes me han dicho de hacerlo con ellas.
Todas se quedaron calladas y sorprendidas por el comentario.
- Pero, tú nunca te has juntado con ellas y nosotras somos tus amigas desde siempre y seremos cuatro sin ti, dijo Carmen.
- No enfadarse conmigo. Vosotras sois mis mejores amigas pero ya sabéis la ventaja que trae hacer el baile con ellas, respondió.
- Tú haces lo que quieras, pero piénsatelo bien y avísanos cuando sepas qué vas a hacer, dijo Sonia mirando seriamente a Rocío.
Ella era una persona que se dejaba llevar demasiado por el qué dirán las personas. Al llegar la noche, lo comenta con su madre y reflexionó sobre ello, y pensó que lo mejor que te puede pasar en la vida es tener unas buenas amigas para siempre y no querer parecer una persona que no es para destacar entre los demás.
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